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Sobre la deshonestidad intelectual

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La deshonestidad  tiene dos partes: 1) decir algo que no es cierto, y 2) decirlo con la intención de engañar a la otra persona. Es posible tener una de las dos sin necesidad de la otra: uno puede estar genuinamente equivocado y por tanto decir algo que es falso sin intención de engañar a nadie, y también uno puede engañar a alguien sin necesidad de decir nada que no sea cierto. (La segunda opción es considerada generalmente engaño, pero no deshonestidad).

Sin embargo, uno puede ser intelectualmente deshonesto sin necesidad de hacer ninguna de estas dos cosas. Imagina que estás llevando adelante un experimento y que la mayoría de las veces resulta exactamente como esperabas pero una vez sale mal (probablemente metiste la pata con las medidas). Al contarle a alguien sobre tu trabajo, dirás: “Sí, funcionó justo como esperaba – siete veces dio exactamente bien.”

Esto no es falso y no es intencionalmente engañoso – realmente creés que funcionó como esperabas. Pero es intelectualmente deshonesto: la honestidad inteleletual  requiere esa flexibilidad para proveer cualquier evidencia de que podrías estar equivocado, incluso si estás convencido de que estás en lo cierto.

Este es un estándar poco práctico para aplicar en la vida diaria. Un empleador potencial te pregunta en una entrevista de trabajo si podés llegar a trabajar puntualmente en hora.Respondés que sí, no, “creo que sí, pero una vez en el 2003 hubo un corte de energía y mi alarma no sonó entonces me dormí”.  No creo que nadie considere esto una deshonestidad; es más, si fueras intelectualmente honesto todo el tiempo la gente pensaría que sos bastante raro.

La ciencia tiene un estándar más alto. No se trata solamente de ti y tu empleador, es un reclamo para la posteridad.  Y podés estar equivocado, ¿pero qué pasa si no estás allí para la posteridad para que te llamen y pregunten sobre tu trabajo? Es por eso que la honestidad intelectual requiere que muestres tu trabajo anticipadamente, para que otros puedan ver si te está faltando algo.

Estas palabras no son mías (aunque las comparto), sino de Aaron Swartz, escritas el 14 de diciembre de 2011. Mucho se ha dicho desde su muerte el pasado 12 de enero, momento en que lo conocí. Nunca había oído hablar de él pero me ha conmovido profundamente su historia, como a tantos. Joven (¡muy!), brillante, sensible, por lo que he podido vislumbrar a partir de algo de lo que he leído sobre él. Vaya mi humilde homenaje.

Aaron Swartz en el Boston Wikipedia Meetup, agosto de 2009.

Aaron Swartz en el Boston Wikipedia Meetup, agosto de 2009.

Author: Adita

Bióloga, paleontóloga, tecnóloga educativa, estudiante de filosofía (por orden de aparición). Docente universitaria. Investigadora. Rocha, Uruguay. Biologist, palaeontologist, educational technologist, science philosophy student (in order of appearance). University teacher. Researcher. Rocha, Uruguay.

3 thoughts on “Sobre la deshonestidad intelectual

  1. Bueno Adita, pero me preocupa porque los escépticos tenemos que aclarar que somos sensibles!!

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